2 jul 2010

Manfred von Brauchitsch - El piloto sin suerte

Manfred Georg Rudolf von Brauchitsch nació el 15 de agosto de 1905 en Hamburgo (Alemania). Su familia pertenecía a la aristocracia y era una estirpe de conocidos y reconocidos militares, por lo tanto, tenía marcado su destino. Sin embargo, un accidente de moto en su juventud en el que se fracturó el cráneo le desvió del camino marcado.
Mientras se recuperaba del accidente en casa de sus tíos, empezó a interesarse por un Mercedes sobrecargado, uno de los coches de su primo. Manfred no sabía conducir, así que “obligó” a su primo a darle lecciones. Paso a paso se fue introduciendo en el mundo de las carreras de autos.

El 8 de septiembre de 1929 se estrenó en una escalada cerca de Salzburgo, conduciendo el coche de su primo, con el que consiguió el triunfo en su clase.
En 1931 participa con el apoyo de su primo en su primer Grand Prix, la Eifelrennen, finalizando en tercera posición, detrás de Caracciola y de von Morgan.
Su primera victoria de primera fila llega el siguiente año en el AVUS, compitiendo con un Mercedes SSKL “streamlined” privado, que antes de la carrera provocaba las chanzas del resto de pilotos.


Esta victoria hace que el staff técnico de Mercedes se fije en él y le invitan a formar parte de su equipo oficial, para desarrollar los nuevos autos que se estrenarían en la temporada de 1934.
Su debut en un Mercedes W25 fue otra victoria en la Eifelrennen. Empezaba con buen pie, pero la cosa se torció en el GP de Alemania, la siguiente carrera. Manfred tuvo un serio accidente que terminó con sus aspiraciones esa temporada.
La mala suerte empezó a perseguirle, aunque también tenía su parte de culpa en lo que le pasaba, ya que trataba mal los neumáticos, los frenos y el cambio y sus mecánicos siempre estaban ocupados con su auto. Era agresivo a una vuelta, consiguiendo numerosas vueltas rápidas y poles, pero una vez en carrera, esa agresividad se volvía en su contra. Se hizo famoso por perder carreras que tenía en el bolsillo.


La más famosa de todas, la del GP de Alemania de 1935 que se disputó en Nürburgring y en la que todo estaba preparado para que un piloto alemán con una máquina alemana ganara. Von Brauchitsch llegó a la última vuelta siendo líder de la prueba, pero cuando estaba a punto de cruzar la línea de meta se le incendió un neumático impidiéndole lograr la victoria, que fue a parar a manos del italiano Tazio Nuvolari pilotando un Alfa Romeo.


La tónica continúa en 1936 y en la pretemporada de 1937 se empieza a dudar de la idoneidad de mantener a Manfred dentro del equipo Mercedes, pero Neubauer (el famoso team manager del equipo de la estrella) sigue creyendo en él, por lo que inicia la temporada al lado de Caracciola, Fagioli, Herman Lang y Dick Seaman.
Su segunda victoria importante la consigue en la temporada de 1937 en el circuito de Mónaco. En una carrera liderada en su mayor parte por Caracciola, von Brauchitsch va segundo y no se conforma. Ha resistido los ataques de Rosemeyer y no se conforma con la segunda posición a pesar que desde boxes le indiquen que conserve la posición. Alfred Neubauer le hace señales de todo tipo, pero Manfred cuando lo vé le saca la lengua y prosigue con sus ataques por la primera posición. Caracciola tiene un problema y tiene que pararse en boxes. Von Brauchitsch va el primero y no abandonaría la posición.


Su tercera y última victoria la celebraría en 1938. Fue el GP de Francia.
En 1939 se declararía la 2ª Guerra Mundial y esto significaría, de hecho, su final deportivo aunque intentó volver a la competición en Argentina entre los años 1949 y 1950 sin éxito.
En 1954 huye a la República Democrática Alemana, después de varios contactos con comunistas, dejando a Gisela, su mujer, a la cual había conocido durante la guerra, en el otro lado. Esta se suicidaría un año más tarde.
Von Brauchitsch siguió ligado al mundo del motor y del deporte en general, recibiendo en 1988 la Orden Olímpica.
Después de la reunificación, asistía de vez en cuando a presentaciones de Mercedes, como el último piloto vivo de las flechas plateadas de los años dorados.
Hasta el momento de su muerte intentaba hacer deporte cada mañana y tomaba una ducha de agua fría.
Falleció en Graefenwarth el 5 de febrero de 2003.

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