El primer Campeón del Mundo se decidió en la última carrera de la temporada, el GP de Italia disputado en Monza, al que Farina y Fangio, componentes del equipo oficial de Alfa Romeo, llegaban igualados. Cualquiera de los dos lo podía haber ganado, pero el título fue a parar a manos de Giuseppe Farina al vencer esa última prueba.
Alfa Romeo conducido por Nino Farina
Mientras tanto, la industria automovilística alemana intenta renacer de sus cenizas. Mercedes, capitaneada por Don Alfredo Neubauer, reconstruye su equipo de competición y cogiendo piezas de aquí y de allá consigue construir el 300SL.
Mercedes 300SL
Al mismo tiempo, la FIA readmite a la República Federal de Alemania. El equipo Mercedes y Porsche hacen la reentré en la Mille Miglia de 1952, en la que el grandísimo Rudolf Caracciola disputa una de sus últimas carreras. No del todo repuesto del accidente que había sufrido cinco años antes en el circuito de Indianápolis consigue una meritoria cuarta posición. Considerado el mejor piloto de la historia por Neubauer, Caracciola continuó trabajando para Mercedes después de retirarse de la competición hasta su muerte en 1959.
A pesar de haberse llevado los dos primeros mundiales de pilotos con Farina y Fangio, Alfa Romeo abandona las carreras debido a problemas de financiación. La Scuderia Ferrari sigue en competición, anotándose los mundiales de 1952 y 1953 con abrumadora superioridad, venciendo 30 de las 33 carreras más importantes.
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