23 feb 2010

Achille Varzi

Nació en Galliate (Piemonte) el 8 de agosto de 1904 en una familia acomodada que se dedicaba a la manufactura textil, algodón más concretamente.
Se inicia como piloto de motocicletas. Dada la posición social de su familia, siempre competía con el mejor material, así que, uniendo esto con su habilidad para la conducción, pronto se convirtió en una estrella sobre las dos ruedas.

En 1928 da el salto a las cuatro ruedas de la mano de Bugatti, conduciendo un Type 35. Después de un par de carreras en las que se tiene que ver las caras con Tazio Nuvolari, Varzi se compra un Alfa Romeo P2 apoyándose en las finanzas familiares y es durante el año siguiente cuando empieza a ganar numerosas carreras del calendario italiano, entre ellas la Coppa Ciano y el GP de Italia disputado en Monza.

Cuando Nuvolari consigue un Alfa Romeo P2, llega la hora de una nueva adquisición para Varzi, que compra un Maseratti (marca relativamente nueva por entonces), con el que alterna carreras y consigue el Campeonato de Italia de 1930.

 

Ese mismo año consigue una importante victoria en la Targa Florio, después de cinco años de tiranía de los Bugatti fabricados en Francia (lo cual resultaba intolerable para los constructores italianos).
Varzi empezó la carrera detrás de Louis Chiron, pero en las primeras 20 millas iba acercándose cada vez más. La carrera comenzaba a ser un mano a mano entre ellos dos. A falta de 2 vueltas, la carretera pedregosa e irregular le juega una mala pasada, ya que le hace perder la rueda de repuesto y, además, una piedra le hace un agujero en el depósito de gasolina, pero no se rinde y continúa, sabiendo que Chiron se iba escapando otra vez y que un simple pinchazo podía destruir todas sus opciones. Louis Chiron, por su parte, tenía a su mecánico algo enfermo y dos ruedas dañadas, sin embargo iba a por todas. Llega la última vuelta y Varzi para en los boxes para cambiar neumáticos y llenar el depósito. Vuelve a la carrera y en un momento el indicador le señala que ya no le queda casi gasolina, así que en una de las múltiples gasolineras que hay repartidas por el trazado, su mecánico coge una lata de combustible y, en marcha, intenta rellenar el depósito, pero con tan mala fortuna, que se vierte por el auto y se prende. Sin parar en ningún momento, consiguen extinguir el incendio. Y así llegan a la última parte del recorrido, una larga recta en la que, en teoría, el auto de Achille es superior al de Louis. El italiano pisa a fondo el acelerador, las revoluciones del motor suben por las nubes llegando a la zona límite, pero Varzi sigue apretando hasta el final. En la línea de meta se da cuenta de que él ha sido el vencedor. La afición italiana festeja su triunfo.

Entre 1931 y 1933 las victorias siguen llegando: GP de Francia (1931), GP de Túnez (1931 y 1932), GP de Mónaco (1933), AVUSrennen (1933) y el GP de Trípoli (1933), en el cual Varzi tiene que hacer frente a denuncias de amaño de la carrera.

En 1934, Varzi corre con Alfa Romeo dentro de la Scuderia Ferrari, logrando muy buenos resultados: 3º en La Marne y Montreux, 2º en Módena, Biella, AVUS y Monthléry y vencedor en Niza, Alejandría, Montenero, Trípoli, Penya Rhin (Montjuïc), la Mille Miglia y la Targa Florio. Unos resultados excepcionales que hacen que Auto Union se fije en él, fichándolo para la temporada siguiente.

El período en Auto Union, 1935-1937, no resulta demasiado fructífero. Cada vez aparece menos en los podios de las grandes pruebas, se ve ensombrecido por el talento de su compañero de equipo, Rosemeyer. Y en lo personal, la adicción a la morfina y un turbulento affaire con la mujer de Paul Pietsch (piloto compañero de equipo), tampoco ayudan. Pese a todo consigue su tercera victoria en Trípoli, todas ellas con autos de diferentes marcas.


Llega la 2ª Guerra Mundial y, con ella, un parón que le viene de perlas, ya que consigue superar su adicción y pone en orden su vida, incluso contrae matrimonio con Norma Colombo.

En 1946 vuelve a la competición, a los 42 años, consiguiendo la victoria en el Gran Premio del Valentino y en el GP de Turín.
En 1947, después de una serie de victorias en carreras menores, decide viajar a Argentina, donde resulta el vencedor en el Parque Independencia de Rosario, una carrera en la que debuta Fangio (6ª posición). También participaría en la prueba organizada en "La Gávea", donde tiene un accidente y resulta levemente herido en el cuello.

Achille Varzi, al contrario que otros ases del volante, no solía tener accidentes, debido a su estilo de conducción preciso, sin ninguna maniobra de cara a la galería, pero esto no le libró del final soñado por todo piloto de aquella gloriosa época.
Fue el 1 de julio de 1948. Durante las lluviosas prácticas del Gran Premio de Suiza, en el circuito de Bremgarten. Su auto patinó sobre los húmedos adoquines cuando se preparaba para afrontar la curva de izquierdas que sigue a la Jordenrampe. Perdió el control y se estrelló contra la valla "protectora" de madera. Después de varias vueltas de campana el vehículo se detiene. Cuando llegó el médico, ya no había nada que hacer. Varzi tenía la cabeza aplastada contra el minúsculo parabrisas.
A raíz de este accidente, la FIA obligó a todos los pilotos a llevar casco (anteriormente era opcional).


Durante tres días su cuerpo permaneció sobre el chasis de un coche de carreras en la Iglesia de Galliate, su ciudad natal, hasta que fue enterrado, convocando a cerca de 15.000 personas.

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